El problema de las relaciones entre lenguaje y pensamiento existe desde la antigüedad. Al parecer, los discípulos de Aristóteles no distinguían entre lógica y gramática. Pero hoy, se enfocan en dos puntos de vistas: uno teórico y otro empírico. En lo teórico, por un lado, se afirma que el lenguaje y el pensamiento son una sola realidad, un proceso único. Por otro, anota que son dos realidades diferentes, de forma que el lenguaje viene a ser la materialización del pensamiento.
Sin embargo, lo empírico se sustenta que, en los datos de la Psicología del desarrollo.
Pese a las investigaciones realizadas durante décadas, no se sabe con certeza cuándo y cómo nació el lenguaje, esa facultad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes, valiéndose de un sistema formado por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones.
Existen diversas posiciones en lo referente a las relaciones entre lenguaje y pensamiento:
a) El monismo lenguaje-pensamiento, defendido por Humboldt, Marx y los filósofos materialistas, Saussure y Malmberg. Señalan la dependencia del pensamiento respecto del lenguaje, en lo relativo a su desarrollo y elaboración. Indican que pensar es siempre pensar en una lengua determinada. Esta concepción ha sido estudiado por la Psicología del desarrollo, en la que se basan los monistas para argumentar que la humanización es un proceso social mediante el cual recibimos los medios para autoafirmarnos; el principal de los medios es el lenguaje. Así pues, el desarrollo del pensamiento humano se debe a las influencias culturales, cuyo medio de transmisión es el lenguaje.
b) EL dualismo lenguaje-pensamiento sustentado por Platón, Aristóteles y los representantes de la Ilustración y el Idealismo. Indican que el lenguaje y el pensamiento son procesos independientes. Para algunos lingüistas, como Buyssens, el pensamiento tiene primacía sobre el lenguaje, que el pensamiento es el que toma la iniciativa en el empleo de la lengua como medio de comunicación. Buyssens sostiene que la lengua impone límites a la comunicación, por lo que hay conocimientos individuales inexpresables, y que el pensamiento influye sobre la lengua modificándola.
Pero desde un enfoque antropológico y etnológico, es indudable que el lenguaje articulado constituye una de las manifestaciones características que separan al hombre de los otros seres que nos acompañan en este planeta. Éstos últimos expresan y comunican sus sensaciones por medios instintivos, pero no hablan, a diferencia de los seres dotados de conciencia. Por consiguiente, si debiéramos que añadir un sexto sentido a los cinco tradicionales, sin duda, esta sería el habla, ya que la lengua, además de servir para el sentido del gusto y otras funciones cotidianas, tiene la aplicación de emitir sonidos articulados, una particularidad que nos diferencia de los animales inferiores con los que compartimos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.
Sobre la adquisición del lenguaje, hay diversas teorías. Noam Chomsky -lingüista, filósofo, activista y analista político estadounidense, fundador de la gramática generativo-transformacional- enfoca el papel que desempeñan la mente y la experiencia de los sentidos en la adquisición del conocimiento. Para él, los principios por los cuales la mente adquiere el conocimiento son innatos. Asevera que los seres humanos estamos dotados de una forma innata de una capacidad para formar ciertos conceptos. Los niños poseen de modo innato una gramática universal. La adquisición del lenguaje se produce cuando la gramática universal entra en contacto con la experiencia lingüística y evoluciona hacia una gramática particular. Así pues, señala que somos capaces de comprender y de expresar un número infinito de enunciados nuevos, por lo que el lenguaje es una actividad creadora.
A su vez, Jean Piaget -psicólogo, filósofo y biólogo suizo que estudió con atención la inteligencia de los niños- concibe la construcción de la inteligencia como un proceso que sigue las mismas leyes de funcionamiento que permiten a los seres vivos mantenerse en equilibrio con su medio. Según él, el conocimiento es el resultado de la interacción entre la dotación inicial con la que nacen los seres humanos y su actividad transformadora del entorno, es decir, se trata de un proceso de creación y no de repetición. Piaget no acepta la posibilidad de un desarrollo lingüístico independiente del cognitivo.
La Escuela Rusa, representada por Lev Semiónovich Vygotsky, psicólogo bielorruso y destacado teórico de la Psicología del desarrollo, destaca el papel del adulto en la construcción individual del conocimiento en el niño. Parte de lo que el niño es capaz de hacer -lo llama zona de desarrollo actual- y explica cómo con ayuda de otro avanza hacia una zona de desarrollo potencial. Los límites de lo que el niño consigue realizar con la mediación del adulto demarcan la zona de desarrollo próximo. El desarrollo del lenguaje parte de lo social, para progresivamente hacerse interno y convertirse en pensamiento.
En la lingüística, como en otras ciencias, hay posiciones marcadas entre el empirismo y el nativismo. El nativismo sostiene que la capacidad de ver, oír, pensar y hablar son actos innatos o genéticos. Mientras que los empiristas, a la cabeza de los behavioristas o conductistas, anotan que el niño aprende a hablar porque imita a los adultos -sobre todo a la madre- y porque tiene necesidad de manifestar sus necesidades y deseos. Para ellos, el niño aprende el idioma de la misma manera que otras destrezas físicas y mentales. Es decir, mediante la llamada "conducta operante", que está determinada por la influencia de factores externos o adquiridos y no así por medio de factores innatos o genéticos.
Los empiristas están convencidos de que el niño aprende a articular y combinar sonidos, los nativistas y los psicólogos del Gestalt, que rechazan categóricamente la teoría de que el entorno social sea el único factor determinante en el desarrollo idiomático, creen que el habla es un don biológico con el cual nacen los humanos, y que la experiencia cognitiva es apenas un estímulo para su desarrollo posterior. El psicólogo Arnold Gesell, a diferencia de John B. Watson y Brurrhus Skinner, sostiene la concepción de que gran parte del desarrollo lingüístico del individuo está determinado por factores de maduración interna, y no por las simples influencias del entorno social.
Para él, el hombre en el curso de la evolución desarrolla tres habilidades de representación:
1.- La representación enactiva, que consiste en representar cosas mediante la reacción inmediata de la persona. Este tipo de representación ocurre sobre todo en los primeros años de vida. Bruner la ha relacionado con la etapa preoperativa de Piaget.
2.- Representación icónica: consiste en representar cosas mediante una imagen o esquema espacial independiente de la acción. La elección de la imagen no es arbitraria. Equivale a la etapa de operaciones concretas de Piaget.
3.- Representación simbólica: consiste en representar una cosa mediante un símbolo arbitrario que en su forma no guarda relación con la cosa representada. Equivale a la etapa de operaciones formales de Piaget.
Las tres teorías fundamentales que responden a la pregunta de si primero está el lenguaje o el pensamiento se sintetizan así:
La teoría de: "el lenguaje está antes que el pensamiento" plantea que el idioma influye o determina la capacidad mental (pensamiento). En esta corriente lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky, para quien existe un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se considera que el lenguaje es un estado interior del cerebro del hablante, independiente de otros elementos adquiridos del entorno social, entonces es fácil suponer que primero está el lenguaje y después el pensamiento; más todavía, si se parte del criterio de que el lenguaje acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores (percepción, memoria, pensamiento, etc).
La teoría de: "el pensamiento está antes que el lenguaje" sostiene que la capacidad de pensar influye en el idioma. No en vano René Descartes acuñó la frase: "primero pienso, luego existo". Algunos psicolingüistas sostienen que el lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento, por cuanto no es casual que se diga: "Una psiquis debidamente desarrollada da un idioma efectivo". En esta corriente lingüística esta la llamada "The cognition hypothesis" (La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de que el "pensamiento está antes que el lenguaje". Pero quizás uno de sus mayores representantes sea Jean Piaget, para quien el pensamiento se produce de la acción, y que el lenguaje es una más de las formas de liberar el pensamiento de la acción. Indica que el grado de asimilación del lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones concretas u operaciones formales. (Richmond, P. G., "Introducción a Piaget", 1981, pág. 139).
Para la "teoría simultánea" tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados entre sí. Esta teoría fue dada a conocer por el psicólogo ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se convierten en estructuras básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones psíquicas superiores del hombre.
CONSULTA: Gutiérrez, A.P.: Lenguaje y pensamiento, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, abril 2009, www.eumed.net/rev/cccss/04/apgg.htm.
LENGUAJE Y PENSAMIENTO
http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=343
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